Vientos de ayer
Parecían dos figuras extrañas en el rompiente de la madrugada, quietas, obscuras, sus capas verdes, y un afán de parecer temerosas a la justicia de los hombres. Una hilera de humo blanco brotaba de la chimenea de la pequeña chabola, se podía apreciar que los gitanos, habían marchado no hacia demasiado tiempo. Errantes, lentos continuarían con sus vidas, como siempre, su justicia, la de estos hombres, deberían ser respetadas por todos, eran sus leyes, y eran sagradas. La noche de Diciembre, resultaba tan fría como quejido ladino que se asolapaba para ser mas penetrable, haciendo...