Perlas
Aunque solo seamos un trozo de materia, nada se destruye, todo se transforma y, por eso, nada muere nunca. Nada ni nadie. Todos nos sobreviviremos y nos transformaremos en otra cosa. Reverberaremos en los demás y en lo demás, pues por algo somos seres inmortales que no quieren morir. Y, al cierre del paréntesis, nos recibirá Alguien con los brazos abiertos. Pero antes pongamos nuestro granito de arena con el fin de que renazca la esperanza, hasta que el mundo sepa a pan y a hogar.