No ser no duele
¿Qué tiene que ver Avelino Armisén —un infeliz cuya masturbación tiene un poder letal— con el Boni, un joven botarate que pretende convertir los estertores de un moribundo en materia literaria? ¿Qué relación puede haber entre Silas —un paciente abandonado en un claustrofóbico y desierto hospital— y el Cuqui, un churretoso mocetón que no acaba de creerse que ha encontrado a la mujer de su vida en una atildada profesora universitaria? ¿Qué vínculo parece enlazar la macabra quiniela que organiza un hospital con enfermos terminales y la lírica representación de un digno...