Flores cortadas
A veces las historias que leemos o nos cuentan, incluso las que nosotros mismos relatamos, no encierran otra intención que la de distraernos. Juegan con las palabras, como si se tratase de ladrillos que levantan edificios, construyendo otros mundos. Historias que no requieren respuestas, tan sólo nos producen un silencio, e inmediatamente después comenzamos a pensar en otra cosa, sin sospechar que, quizás, un día cualquiera, vamos a ser sorprendidos en nuestros recuerdos con una imagen o una frase oportuna que nos traerá el esbozo de una sonrisa a los labios. Otras historias provocan...