La puerta de la esperanza
Parte del atractivo de esta obra está en la serenidad con la que el autor aborda su última experiencia, la de la muerte. Al saber que los médicos le daban muy poco tiempo de vida, apenas dos meses, quiso verter los recuerdos de su vida en conversación con José Luís Olaizola. Ambos compartían una buena amistad y unos valores cristianos. De hecho la proximidad de la muerte hace más intensa la fe que este siquiatra ha vivido desde la infancia. Su vida es sorprendente. Trabajó arduamente y tuvo éxito en todo lo que abordó, pero tenía claro que el trabajo es un medio, no un fin en sí...