Annemarie Schwarzenbach

Acclaimed around the world and a national best-seller, this is the definitive work on Che Guevara, the dashing rebel whose epic dream was to end poverty and injustice in Latin America and the developing world through armed revolution. Jon Lee Anderson's biography traces Che's extraordinary life, from his comfortable Argentine upbringing to the battlefields of the Cuban revolution, from the halls of power in Castro's government to his failed campaign in the Congo and assassination in the Bolivian jungle. Anderson has had unprecedented access to the personal archives maintained by Guevara's...

"Me gustaría mostrar en un libro todas las facetas: el pasado, el presente y también el vuelo hacia el futuro", decía en el prólogo de la edición original de este libro Luis Alberto Spinetta. Pasaron casi tres décadas y en el medio muchas cosas, más de las que se podrían contar. Quien lo hace hablar es, por ese entonces, un muy joven periodista que daba sus primeros pasos. Sin embargo, más allá de su agudeza, también se nota en sus intervenciones la admiración. Esa es la brújula que guía a Eduardo Berti en las charlas que entre septiembre y noviembre de 1988 dieron origen a...

En ¡Arriba corazones! conoceremos a Juliana Ortiz, una mujer madura, fuerte y decidida que se ve envuelta en la batalla más grande de su vida: la lucha contra el cáncer. A través de los ojos de su hijo Julio César observaremos cómo la enfermedad consume una familia y trastoca la forma y estilo de vida a causa de las sucesivas dificultades a enfrentar. También seremos testigos de cómo la desesperación, la impotencia, el temor y la expectativa se hacen presentes mientras la enfermedad avanza sin misericordia. Más allá del relato de una tragedia familiar, en esta obra veremos plasmado ...

In 1507, cartographer Martin Waldseemller published a map of the world, he called Amrica a new continent, discovered earlier by America Vespucio and in honor of his name. The name made fortune and years later he extended to the northern hemisphere, although, does not belong to Vespucio and Waldsemller himself thought he was wrong picking up the name.