El Kama Sutra del Hombre Gay

ADITIA El Arcángel Miguel es un Aditia, un hijo primordial de Dios. Se les llama Aditia a los Seres primordiales que existen antes que el planeta Tierra y que cualquier otro Ser Cósmico. La palabra “ADHI” es un prefijo en sánscrito que expresa supremacía, superioridad, y equivale a “supremo, principalísimo”. La palabra “ADI”, también del sánscrito, se refiere a “primero, primitivo”.

«Corazón», el amor es el sentimiento más profundo que hierve en cualquier ser vivo, la fuerza del amor se respira enardecidamente en cada poro abierto, cada tejido del corazón se expresa en un sentimiento mirando cada naturaleza. El amor, el amor es un fervor en cada latido vivo. «Metamorfoseado», la evolución arribará a cada instante del día, siempre habrá un nuevo ciclo por comenzar, en una misma vida seremos cientos de vidas, sin la necesidad de morir, todo va transcurriendo en un segundero de tiempo para emplear una evolución. «Corazón metamorfoseado» consta de ciento...

A lo largo de nuestras vidas vamos experimentando situaciones que dejan huellas en el alma de manera negativa, teniendo de rehén a nuestra propia capacidad de superarlos. Nos encontramos atenazados a un pasado que ya no existe, que no vive en otro sitio más que en nuestra mente y sin embargo ahí está, dañando nuestras relaciones actuales y condicionando las futuras. Interviniendo en nuestra voluntad de acción, perspectivas y sueños. Así es como nos han dañado estas situaciones y seguimos permitiendo que lo hagan, tomamos la decisión inconsciente de que nos afecten cosas...

SAN PABLO reedita ahora este libro que cambia de colección y se incluye en Horizontes. Se trata de una de las obras clásicas del Padre Larrañaga, que traza un itinerario para trascender el sufrimiento, cualquier sufrimiento, y alcanzar la paz. Para ello, el libro ofrece, por un lado, una perspectiva simplemente humana, prescindiendo de los presupuestos de la fe y, por otro, una reflexión desde una perspectiva cristiana, facilitando medios prácticos al lector para que pueda, por sí mismo, neutralizar o, al menos, atenuar todo y cualquier sufrimiento.