Mariana Yampolsky nació el 26 de marzo de 1925 en Chicago, Illinois, Estados Unidos. Desde temprana edad, mostró un gran interés por el arte y la fotografía, influenciada por su entorno familiar. Su vida daría un giro significativo cuando, en 1945, decidió trasladarse a México, un país que se convertiría en su hogar y su principal fuente de inspiración artística.
Yampolsky estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Illinois y posteriormente en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos en la Ciudad de México, donde comenzó a experimentar con la fotografía, medio que le permitiría capturar la realidad social y cultural del país.
Durante su estancia en México, Yampolsky se acercó a diversas corrientes artísticas y estuvo rodeada de intelectuales y artistas, lo que le permitió enriquecer su visión del mundo. En la década de 1950, comenzó a trabajar como fotógrafa y se dedicó a documentar la vida cotidiana de los mexicanos, a menudo enfocándose en las comunidades indígenas. Su trabajo era profundamente humano y reflejaba el respeto que sentía hacia las culturas que retrataba.
Además de ser fotógrafa, Mariana Yampolsky fue una promotora cultural. En la década de 1970, se unió al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), donde colaboró en la difusión del arte y la cultura en México y se dedicó a la formación de nuevos talentos en el ámbito de la fotografía. Yampolsky también fue parte de la Asociación de Fotógrafos de México y participó en la creación de programas educativos que promovían el entendimiento y la apreciación de la fotografía como una forma de arte.
Su obra ha sido exhibida en diversas galerías y museos, tanto en México como en el extranjero, y ha sido reconocida con múltiples premios. Su enfoque en la fotografía documental, especialmente en el contexto de la cultura mexicana, la ha colocado como una figura clave en el mundo de la fotografía latinoamericana. Yampolsky también realizó diversas publicaciones donde recopiló su trabajo, incluyendo libros que han sido muy valorados por su contenido y estética.
Uno de sus trabajos más significativos es la serie fotográfica titulada “Vida y Tradición”, donde retrata las costumbres y tradiciones de diversas comunidades indígenas en México. Este trabajo no solo refleja la belleza de estas culturas, sino que también resalta los desafíos que enfrentan en el mundo moderno. Su acercamiento siempre fue respetuoso, evitando las representaciones estereotipadas y buscando mostrar la dignidad de sus sujetos.
A lo largo de su carrera, Mariana Yampolsky se destacó no solo como fotógrafa, sino también como una figura clave en la educación y la promoción del arte en México. Su legado perdura a través de su obra y su influencia en las generaciones de fotógrafos que vinieron después de ella.
Mariana Yampolsky falleció el 6 de diciembre de 2019, dejando un profundo impacto en el mundo del arte y la fotografía. Su visión única y su compromiso con las comunidades que retrató se mantienen vivos en su obra, que sigue inspirando a nuevos artistas y amantes de la fotografía alrededor del mundo.