AVIVAMIENTO

En la tapa contemplamos la escena de Odiseo y Circe, del Parmigianino ÑGirolamo Francesco Maria MazzolaÐ (1503Ð1540). La hechicera Circe da de beber su p-cima a Odiseo con la ilusi-n de convertirlo en animal y retenerlo a su lado, como ya hab'a hecho con sus incautos compa-eros. Odiseo ÑUlisesÑ, quien lucha por retornar a sus amores raigales Ñla patria, el hogarÑ y no hace m+s que toparse con obst+culos que intentan apartarlo de la meta que persigue con todo el ardor de su alma, es s'mbolo del hombre en busca de su plenitud y de cuanto da sentido a su vida; por tanto, del Bien que es...

El lector tiene en sus manos un nuevo tomo —el sexto— de la magnífica recopilación sistemática de textos de su colección «José Kentenich, una presentación de su pensamiento en textos». En él, el Padre Herbert King nos acerca el pensamiento del fundador de Schoenstatt sobre la santidad en la vida diaria. Se puede decir que este es uno de los temas centrales de la espiritualidad schoenstattiana, que, de alguna forma, fue precursora de la luz que la Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium proyectó sobre la vocación universal a la santidad. El presente tomo pivota...

En Conquista el corazon de Dios, el autor comparte lo que ha aprendido en su camino hacia Dios. Comenzando por el principio de que fuimos creados para agradar a Dios, desarrolla puntos, muchos de ellos tan practicos como los de quedarse con la mayor parte de las ofrendas y de la gloria, que son centrales en nuestra relacion con el. Habla despues de lo que sucede cuando Dios responde a nuestra busqueda de amor, y del potencial que tiene esa respuesta suya para el evangelismo."

No hay nada extraordinario o especial en este libro. Todo lo que contiene es un simple reflejo que viene a través de la oración de un sacerdote sencillo cuya vida se enriquece con las personas a las que sirve y su propia experiencia personal que se convierte en un instrumento de la presencia de Dios en su vida. Nada extraordinario o especial o provocativo en este libro, excepto el único deseo de compartir la sed y el deseo de consumir dar "el todo" al Dios que lo ama inmensamente y tiernamente. Es decir, que en todas las cosas sea Dios glorificado.