Cuatro Copas: Promesas Eternas de Dios

Apacentando entre Lirios hasta que la muerte nos separe es en un libro que aunque no pretende resolver problemas en tu vida que llevas con ellos anos sin resolver, pero si un lente motivador para que a traves de su travesia en la lectura de este escrito puedas como lector apasionarte en el romance con su pareja y permitir que solo Dios pueda centralizar y canalizar cada anomalia existente en tu compromiso actual. Nuestra union sera hasta que la muerte nos separe, es por consiguiente que hasta que el dia dure "Apacentaremos entre Lirios."

Estamos hechos para la contemplación. Este libro trata del cultivo de las habilidades necesarias para la más sutil, sencilla y penetrante de las artes espirituales. La comunión con Dios en el silencio del corazón es una capacidad sobrenatural, como la capacidad del rododendro para la floración, la del polluelo para el vuelo y la del niño para la alegría y el abandono desinteresados. Si la gracia de Dios, que inunda y simplifica la prodigalidad de nuestras vidas, no consuma esta capacidad mientras vivimos, entonces sin duda lo hará el abrazo de Dios, que nos acogerá cuando entremos en ...

He aquí el ensayo de un jesuita de 75 años que buceando en su interior hacia esa realidad última, interior intimo meo en palabras de San Agustín, escribe sus «Memorias sobre Dios». «Vale la pena intentar, en este momento final de mi vida, plasmar una especie de esbozo de mi actual concepción de Dios, después de tres cuartos de siglo de tantas otras intentonas pasadas. Seguro que, cuando me llegue la hora de traspasar el telón de tiempo, comprobaré por experiencia lo que ya ahora sé, que esa mi actual concepción de Dios dista infinitamente de la Verdad. Con todo, repito, vale la...

A vueltas con la religión Este libro es un ejercicio de pausada y serena escucha. A sus páginas se asoman los esfuerzos de los que intentaron aunar fe y razón: se evoca también a los que, sensibles a la bondad y a la belleza, a la ética y a la estética, indagaron en su vecindad con la religión; sin olvidar el contrapunto fatal de lo bueno y del o bello: el mal. Y hay un capítulo dedicado a los místicos. Sin ellos, la religión se asemejaría a un museo ql que le han robado sus mejores cuadros.