La maestra

Hong Kong - one of the world's most exciting and colourful cities. The Triads - violent, secretive and totally ruthless, their Hong Kong is a city no tourist dare visit. The Jade Women - famed for their beauty, they possess charms few men can resist... Which proves to be a highly combustible mix for Lovejoy - East Anglia's hottest antique dealer - on the run from some sticky problems back home. But for someone with no money and no passport, Hong Kong can be an alarmingly dangerous place. Especially when the Triads get involved and Lovejoy finds himself caught up in their dangerous world of...

Two inseparable cousins around 12 years of age, Ceporro and Chino, live in the large flat that belongs to their grandmother after the Civil War. Don Rodolfo, who used to go sparring with Uzkudun, gives them boxing classes. Echoes of the Second World War, Field Marshal Rommel and the Nippon Empire provide the backdrop to the story, and then a young German girl, an orphan and a refugee, appears out of nowhere. As well as being a beautiful story about saying goodbye to childhood, its greatest achievement is the voice of its narrator, Ceporro the tireless charlatan.

Roger Belcik, un joven que lo ha perdido todo, es acogido por los amigos de sus padres. Son dueños de un hotel y le alojan mientras estudia. De repente, la tranquilidad se rompe con un asesinato espectacular en una de las habitaciones. Roger logra frustrar estas acciones por medios inusuales. A través de hechos totalmente imprevistos, surge el amor a primera vista para unirlo a la mujer de su vida. En varias ocasiones tiene que protegerla de los delincuentes que irrumpen en el hotel. Colabora activamente con el inspector de policía que se ocupa de todos estos ataques. La amiga de Roger,...

¡Hola! Me llamo Verónica Jiménez, tengo treinta y ocho años y soy una mujer independiente, trabajadora, autónoma y, según dicen quienes me conocen, bastante cabezota y controladora. Vale, lo confieso, lo soy. Pero ¿acaso hay alguien perfecto? Yo era de las que creía en princesas y príncipes, hasta que el mío se convirtió en un sapo y decidí que el romanticismo no era para mí. Así que para horror de quienes me rodean, me impuse tres reglas para disfrutar del sexo sin compromiso. La primera: no enrollarme nunca con hombres casados. Soy de las que respetan y jamás hago nada que no ...