Obsesión en Venecia

La obra más emblemática de la autora donde los protagonistas descubren un nuevo placer, más allá del hechizo de unas fuerzas ocultas que dan poder y quitan sentimientos. El secreto: su nombre es Tilo y nació en la India. Ahora es una mujer sin edad que regenta una pequeña tienda de especias en Oakland. Es capaz de leer los anhelos humanos y de encontrar la hierba que cura los males del cuerpo y el alma. La tentación: él es joven y apuesto, pero en sus gestos se refleja la desesperación profunda de quien busca y no encuentra. La magia: él y ella, un hombre y una mujer que descubren...

Trece historias de ciencia ficción que nos invitan a desplegar nuestra imaginación en un peregrinaje por planetas exóticos, tecnologías novedosas e individuos extraordinarios. Fantasía desbordante, pero siempre con el mayor apego por las leyes de la ciencia, tal como las conocemos hoy día. Un acto de honra a la buena ciencia ficción, como la que nos regala Denis Álvarez en este volumen, que, más allá del mero acto de entretenimiento, es una mirada inquisitiva desde el futuro hacia la propia esencia de la condición humana. Tiene usted ante sí una obra que vuela hacia nuestros...

Once a&ños despu&és de ingresar en el Departamento de Polic&ía de Nueva York, la agente de cr&ímenes sexuales Ginny Lavoie se encuentra suspendida de empleo y sueldo. Deprimida y v&íctima del insomnio, espera a que la obligada investigaci&ón de asuntos internos determine su futuro cuando una llamada telef&ónica la devuelve de golpe al pasado: Danny Markowicz, el hijo adolescente de su amiga Sonya, ha muerto tras recibir una brutal paliza. Ginny parte de inmediato camino del pueblo de Massachusetts en el que se cri&ó para asistir al funeral. Pero all&í se reencuentra con Jimmy, el...

El dirigente magisterial Medrano Rivera es detenido por asesinar a un tal Lupe Bárcenas. La acusación dice que un 6 de diciembre, en un pueblo perdido del suroeste de México, con una .38 que sacó de abajo del chaleco y al pie de una rueda de la fortuna, le despachó un par de balazos. Pero ese 6 de diciembre Rivera estaba a ochenta kilómetros del lugar de los hechos; ese día no había ninguna rueda de la fortuna en San Andrés; él jamás ha tenido un chaleco y, para acabarla, el muerto sin duda no está muerto, porque acaba de ser visto emborrachándose con policías y caciques. Y...