Alfred Döblin fue un destacado novelista, dramaturgo y ensayista alemán, nacido el 10 de agosto de 1878 en Stettin, que en aquel tiempo pertenecía al Imperio Alemán y ahora es parte de Polonia. Döblin es principalmente conocido por su obra maestra Berlin Alexanderplatz, una innovadora novela que se considera una de las obras más importantes de la literatura moderna alemana.
Döblin provenía de una familia judía de origen polaco, y su infancia estuvo marcada por una combinación de la cultura alemana y las tradiciones judías. A lo largo de su vida, experimentó la dualidad de ser un judío en una sociedad cada vez más nacionalista. Esto influyó profundamente en su escritura y visión del mundo. Después de completar el colegio, Döblin estudió medicina en la Universidad de Friburgo y luego en la Universidad de Berlín, donde obtuvo su título de médico en 1904. Su interés por la medicina y la psicología sería una constante en su obra literaria, que a menudo explora la naturaleza humana y la psicología de sus personajes.
En sus primeros años como escritor, Döblin publicó varias novelas y relatos cortos, pero no fue hasta 1929 que alcanzó la fama con Berlin Alexanderplatz. Esta novela narra la historia de Franz Biberkopf, un exconvicto que intenta reintegrarse en la vida urbana de Berlín después de pasar tiempo en prisión. La narrativa de Döblin es notable por su estilo experimental, que incluye una mezcla de monólogos interiores, fragmentos de diálogo y una prosa fluida que refleja el bullicio y la energía de la vida en Berlín durante la década de 1920. A través de este enfoque, Döblin capturó la esencia de una ciudad en transformación, marcada por la modernidad, el caos y la alienación.
A lo largo de su carrera, Döblin también se interesó en temas filosóficos y sociales. Su novela Der dreißigjährige Krieg (La guerra de los treinta años) y sus ensayos exploran la historia y la condición humana. En sus obras, Döblin a menudo abordó el conflicto entre el individuo y la sociedad, así como las luchas internas de sus personajes. Este enfoque lo convirtió en uno de los precursores del modernismo literario, influyendo en escritores posteriores.
Después de la llegada al poder del régimen nazi en 1933, Döblin, al ser judío, se vio obligado a abandonar Alemania. Pasó un tiempo en Francia y, posteriormente, emigró a los Estados Unidos en 1940, donde continuó escribiendo y publicando. Sin embargo, durante su exilio, sus obras, que solían ser aclamadas, no recibieron el mismo reconocimiento que antes. A pesar de su éxito previo, Döblin enfrentó el desafío de reinsertarse en el mundo literario estadounidense.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Döblin regresó a Alemania, donde fue recibidos con entusiasmo por parte de una nueva generación de escritores y críticos que redescubrieron su obra. Sin embargo, su salud se deterioró y pasó sus últimos años en la ciudad de Düsseldorf. Alfred Döblin falleció el 26 de junio de 1957 en Emmendingen, Alemania.
A lo largo de su vida, Döblin dejó un legado literario significativo que sigue siendo estudiado y apreciado hoy en día. Su estilo innovador y su exploración de la psique humana lo han convertido en una figura clave de la literatura alemana del siglo XX. Gracias a obras como Berlin Alexanderplatz, su influencia perdura, y su visión de la complejidad del ser humano sigue resonando en la literatura contemporánea.