Álvaro del Portillo, nacido el 11 de marzo de 1914 en Madrid, España, fue un destacado religioso y teólogo español, conocido por su papel como líder del Opus Dei, una institución de la Iglesia Católica. Su vida estuvo marcada por un profundo compromiso con la fe y la educación, así como por su dedicación al servicio de los demás.
Desarrolló su educación en un ambiente familiar que valoraba la formación intelectual y el desarrollo religioso. Desde su juventud, demostró una inclinación hacia el estudio y la reflexión. Se graduó en arquitectura en 1936, pero debido a la Guerra Civil Española, sus planes se vieron interrumpidos. Durante este tiempo, su vida dio un giro significativo cuando conoció a San Josemaría Escrivá, el fundador del Opus Dei. Esta relación marcaría el inicio de una colaboración que duraría décadas.
En 1944, Del Portillo fue ordenado sacerdote. A partir de ese momento, su labor se centró en la expansión y organización del Opus Dei. A medida que la institución crecía, él asumió cada vez más responsabilidades, contribuyendo a la fundación de centros y proyectos educativos en diversas partes del mundo. Del Portillo fue un defensor ferviente de la educación cristiana y de la importancia de vivir la fe en el día a día.
- Contribuciones a la educación: Del Portillo fue un gran promotor de la educación en el ámbito de la fe y la formación profesional. Ayudó a establecer escuelas y universidades en muchos países, enfocándose en una educación integral que uniera la fe y el conocimiento.
- Un líder carismático: Su liderazgo en el Opus Dei se caracterizó por una profunda espiritualidad y un enfoque en la santificación del trabajo. Inspiró a muchos a vivir su fe en la vida cotidiana, enfatizando que cada persona está llamada a ser santo en su lugar de trabajo y en su vida familiar.
- Viajes por el mundo: Del Portillo viajó extensamente, visitando países en Europa, América y Asia, donde promovió los valores del Opus Dei y trabajó en la formación de nuevos miembros y líderes.
En 1975, tras la muerte de San Josemaría Escrivá, Del Portillo se convirtió en el segundo Prelado del Opus Dei. Su liderazgo se extendió hasta su muerte el 23 de marzo de 1994, en Roma, Italia. A lo largo de su vida, fue reconocido por su dedicación a la causa del Opus Dei y su esfuerzo por integrar la fe en todos los aspectos de la vida humana.
El 27 de septiembre de 2014, fue beatificado por el Papa Francisco, un reconocimiento a su vida de servicio y entrega. Su legado continúa vivo en las enseñanzas y obras del Opus Dei, así como en la vida de aquellos que lo conocieron y que han sido influenciados por su ejemplo.
Álvaro del Portillo es recordado no solo como un líder religioso, sino como un hombre que dedicó su vida a la evangelización y a la formación de jóvenes en la fe, dejando una huella imborrable en la historia reciente de la Iglesia Católica.