El viaje de Argo

Princesses don’t break the rules, but they may rewrite them... Toda niña sueña con ir al Bello Instituto de Encantadores Nobles para aprender a ser una princesa, pero Dalia y Dominga no podrían estar menos encantadas. Ellas son diferentes... de la misma manera. Ninguna de las dos quiere ser la más bella. Por el contrario, quieren unirse a una sociedad secreta de villanos en el Maléfico y Avieso Liceo, así que han ideado la trama perfecta para arruinar el primer día de clases. Será el plan más macabro. Algo tan perfectamente terrible, tan fantásticamente horrible, tan...

¿Qué tienen en común una princesa en zapatillas, la directora de una revista con cara de pollo, un famoso diamante y un taxista chiflado? ¡ROMA! ¡Y a La Banda de Zoé! Pues sí, Marc, Liseta, Álex y Zoé (bueno, y Kira) tratan de desenmascarar a una impostora aún peor que Amanda. Y para ello tendrán que recorrer la ciudad eterna... ¡cómo sea! ¿Te atreves a acompañarlos? ¡GENIAL!

Martha Riva Palacio reshapes the myth of Orpheus to create a love story that repeats through time. The poetic prose, that is present in this short novel captivates and surrounds the reader into an atmosphere where Eurydice sings through the corridors of Argos, while a ship is suspended in the sea of time and Orpheus narrates, sometimes in his own voice, some others in the voice of his beloved, this encounters and disagreements, on which he will have to turn back again and again. Many stories intertwine this novel, making the reader the one and only person to discover which one is the real one ...

Frank Einstein está chiflado... Tanto que ¡mira lo que ha inventado esta vez! Un día, mientras Frank hacía un experimento un poco rarito, un rayo cayó sobre su laboratorio y dio vida a su último invento: ¡los robots Klink y Klank! Aunque no son para nada lo que Frank imaginaba, con la ayuda de estos robots estará chupado crear un Motor Antimateria y ganar con él el Premio de Ciencias de Midville. O al menos eso parece, hasta que entra en juego su archienemigo T. Edison... Otros autores famosos opinan... «Jamás se me ocurrió pensar que la ciencia fuese tan divertida... Hasta que...