Konichi¡guau!

El aclamado autor Michael Grant nos ofrece una impresionante continuación de la saga Olvidados. Los superpoderes no siempre te convierten en un héroe... Cuatro años después de que un grupo de adolescentes quedase atrapado bajo una cúpula invisible creada por un virus alienígena, un virus aún más mortífero ha llegado a la Tierra. Los seres humanos empiezan a desarrollar nuevos poderes y, mientras que algunos se transformarán en héroes, otros se convertirán en monstruos. El mundo está al borde de una batalla terrible... Y solo hay algo más aterrador que lo desconocido: que la...

Anna does not know a lot about France, so she is less than thrilled when her parents tells her she will be an exchange student in Paris for a year. Once there, however, she meets her ideal guy. The only problem is he already has a girlfriend. Will she end up with her Prince Charming?

Una historia amor y odio entre dos personas predestinadas a amarse y a vivir un romance intenso y arrollador que les llevará por caminos muy arriesgados. Te quiero pero te odio. Lucy ha oído decir esta frase incontables veces, pero hasta ahora nunca había pensado que podía llegar a comprenderla tan bien. En realidad, desde el día en que conoció a Jude navega por aguas turbulentas, incapaz de aclararse y descifrar qué siente. Entre toda la confusión, algo le parece evidente: Jude no es un chico adecuado para ella. Cínico, inaccesible, descarado hasta decir basta... En definitiva, el...

Una historia de amor y misterio que te atrapa hasta la última página. Abril tiene veinte años y su vida es bastante maravillosa: estudia medicina para convertirse en pediatra, como su papá; está de novia con su amor del secundario y sueña con casarse y formar la familia perfecta; tiene muchos amigos; una familia que la banca, todo es como debe ser. Hasta que un día, una pieza de su rompecabezas se rompe y la imagen perfecta que ella tenía de su vida se desmorona estrepitosamente. Su novio decide que ya no quiere seguir con ella y Abril cae en una profunda crisis y tristeza que no...