José Kentenich (1885-1968) fue un sacerdote católico alemán, fundador del movimiento de los Schoenstatt, un movimiento de renovación espiritual y pastoral en la Iglesia Católica. Nacido el 16 de noviembre de 1885 en Gymnich, Alemania, Kentenich creció en un ambiente familiar devoto y religioso. Su infancia estuvo marcada por la influencia de su madre, quien le inculcó valores cristianos desde una edad temprana.
En 1904, ingresó en el seminario de los padres palotinos, donde comenzó sus estudios de teología y filosofía. A lo largo de su formación, Kentenich destacó por su personalidad fuerte, su profundo sentido espiritual y su capacidad para conectar con los jóvenes. Fue ordenado sacerdote en 1910 y asignado a un pequeño pueblo en Alemania, donde comenzó a trabajar con adolescentes y jóvenes. Esta labor pastoral sería clave en el desarrollo de su visión y su futuro ministerio.
La Primera Guerra Mundial tuvo un impacto significativo en su vida y en su ministerio. Durante este tiempo, Kentenich comenzó a desarrollar una pedagogía basada en la espiritualidad y el acompañamiento personal. En 1914, fundó el Movimiento de Schoenstatt en una pequeña capilla en Schoenstatt, cerca de Coblenza. El movimiento se centró en tres pilares: el Santuario, la forma de vida y la espiritualidad, y se basaba en el amor y la confianza en Dios, así como en la educación y formación integral de los jóvenes.
El Santuario de Schoenstatt se convirtió en un lugar de peregrinación y espiritualidad, atrayendo a miles de personas que buscaban fortalecer su fe y su conexión con Dios. Kentenich promovió la idea de que cada persona tiene un papel único que desempeñar en el plan divino y que a través de la formación espiritual y comunitaria se pueden alcanzar altos niveles de desarrollo personal y social.
Con el paso de los años, el movimiento creció en popularidad y se extendió por diversos países, especialmente en América Latina, donde encontró un terreno fértil para su misión. Las comunidades de Schoenstatt se comprometieron a vivir una vida cristiana activa, siendo agentes de cambio en la sociedad y en la Iglesia.
Sin embargo, la vida de José Kentenich no estuvo exenta de desafíos. En 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, fue arrestado por las autoridades nazis debido a su oposición al régimen y a su defensa de los valores cristianos. Fue encarcelado en el campo de concentración de Dachau, donde vivió experiencias extremas que marcaron su vida y su ministerio posterior. Su liberación en 1945 le permitió continuar su labor en Schoenstatt, pero después de la guerra, se vio obligado a exiliarse en Estados Unidos y luego en Argentina, donde continuó promoviendo su obra.
La figura de Kentenich fue reconocida por muchos no solo como un líder espiritual, sino también como un innovador en el ámbito educativo y pastoral. Su enfoque en la formación integral de las personas y su énfasis en la espiritualidad mariana resonaron profundamente en el corazón de muchos. Durante su vida, Kentenich escribió numerosos libros y artículos sobre espiritualidad, educación y liderazgo. Su legado continúa vivo a través de las comunidades de Schoenstatt en todo el mundo.
José Kentenich falleció el 15 de septiembre de 1968 en Milwaukee, Estados Unidos. Su vida y obra han sido objeto de estudio y reflexión en el ámbito católico, y su proceso de canonización ha sido promovido por muchos seguidores y admiradores. Su pensamiento y espiritualidad siguen siendo una fuente de inspiración para quienes buscan una vida más profunda y comprometida con los valores cristianos.
En resumen, José Kentenich fue un visionario que logró fusionar su pasión por la espiritualidad con un compromiso social. Su legado continúa influyendo en generaciones actuales, manteniendo viva la llama de la fe y el deseo de servir a Dios y a los demás.