La epopeya de "El Chato"

A bordo de su lujoso yate, Nikos Konstantinos no buscaba el amor. ¡Pero compartir la impresionante belleza de las idílicas islas griegas con su nueva y bella chef lo estaba volviendo loco!Sara Andropolous, una mujer independiente y de espíritu libre, sabía que Nikos era un sueño mediterráneo, pero era su jefe y no pondría en peligro su trabajo. Y había otra razón secreta por la que Nikos era el hombre del que menos le convenía enamorarse.

¿Se pueden cumplir los sueños sin renunciar al amor? En la glamurosa Costa Azul de los años veinte, en medio del ansia por vivir nuevas experiencias, dos corazones descubren lo que es estar enamorado. Lo que supone dejarse llevar por los sentimientos a pesar de las dificultades y de sí mismos. James Medford es un joven atractivo, educado, de buen carácter, y que además goza de una excelente situación económica al convertirse en el heredero de su tío, que le ha legado su empresa y una casa en uno de los mejores barrios de Londres. James ya no tiene que preocuparse de su futuro, ni...

En 1846 Charles Dickens ya tuvo la idea de hacer algunas adaptaciones de pasajes o capítulos de sus novelas para leerlos en público. Tardó más de diez años en decidirse, pero la separación de su esposa Catherine y su nueva relación (escandalosa) con la actriz Ellen Ternan, que trajeron grandes cambios en su vida y en su economía, le impulsaron a ponerse manos a la obra. En 1858, el mismo año de su separación conyugal, debutó en ese campo nuevo para él y enseguida sus lecturas lo hicieron tan famoso como sus propias novelas. En una gira por Estados Unidos, se estima que en Nueva...

Las bizarrías de Belisa. Félix Lope de Vega Fragmento de la obra Jornada primera (Salen Belisa con vestido entero de luto galán, flores negras en el cabello, guantes de seda negra y valona, y Finea.) Finea: ¿Así rasgas el papel? Belisa: Cánsame el conde, Finea. Finea: ¡Qué ingratitud! Belisa: Que lo sea me manda Amor. Finea: Fuego en él, que pienso que no es tan vario en sus mudanzas el viento. Belisa: Navega mi pensamiento por otro rumbo contrario. Castigó mi voluntad el cielo. Finea: No sé si diga que justamente castiga, señora, tu libertad. Tanto despreciar amantes, tanto...