Segunda piel

Verónica y Aqueron son los Sumos Sacerdotes de dos aquelarres, uno femenino y el otro masculino que fueron separados por haber deshonrado a su Diosa. Pero los demonios acechan la Tierra y la única manera de derrotarlos es uniendo sus fuerzas. Pero esta unión está prohibida.

La poesía neobarroca hispanoamericana actualiza y discute sus recepciones críticas en esta motivante exégesis que zarandea felizmente el canon literario: juicios y prejuicios estéticos sobre la poesía que sucede y convive con los movimientos coloquiales y las heterogéneas sesgaduras a las tradiciones. La sensibilidad artística del poeta Pablo de Cuba Soria se une a las exigencias hermenéuticas de la Academia para caracterizar el neobarroco, argumentarlo a través del estudio de poemas clave de José Lezama Lima, José Kozer, Néstor Perlongher, Eduardo Espina, Gerardo Deniz, Marosa di ...

Italia, Segunda Guerra Mundial: el poeta americano Ezra Pound participa desde Radio Roma en la batalla de propaganda contra los aliados y contra los judíos. Pero el fervor nazifascista de Pound despierta las sospechas del contraespionaje italiano. ¿Transmiten los programas radiofónicos de Pound mensajes cifrados al enemigo? ¿Fue el genio de la literatura un agente doble o una simple y patética figura criminal? O quizá la realidad sea doble y ambigua. Ésta es la historia que el autor de novelas de misterio Carlo Trenti le cuenta por escrito a su amigo y traductor J. N., residente por...

«Me gustaba el sonido de las olas. Tenía un nombre ese sonido. Varios: hay treinta y tres maneras de nombrar el sonido de las olas, había dicho mi papá alguna vez, mientras manejaba». Margarita García Robayo mira el mundo con despiadada atención pero también con suma naturalidad: nunca está completamente afuera de lo que observa o de lo que nombra, y el ejercicio de mirarse en el espejo no la paraliza, más bien al contrario. Es imposible describir la cruda y cálida irreverencia de su escritura. Sus personajes se parecen entre sí pero tal vez ellos no estarían de acuerdo, porque...