La historia de la gran serpiente

Rafael Pombo es conocido por su faceta de poeta y autor de fábulas para niños como también por su contribución a las letras colombianas. Sin embargo, se desconocen aspectos importantes de su vida: hombre enamorado, incluso enamorado de la vida, bromista, con una sensibilidad social muy grande y pacifista. Calidades humanas que puso a prueba primero como militar, que fue fugazmente, y luego como diplomático.

Dos viejos amigos toman un café con leche en un restaurante tras reencontrarse luego de 30 años. Uno de ellos relatará allí la aventura más fantástica que jamás vivió y que cambió su vida por completo: cuando formó una expedición para buscar un mítico hombre de oro puro en el sur entrerriano.

Tres historias que pivotan alrededor del acontecimiento que cambió el mundo a comienzos de siglo: el ataque terrorista a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001. Personajes unidos por la ciudad de Nueva York. Una pareja de amantes que desaparece en ese fatídico día impulsa a los protagonistas a ponerse en movimiento y cambiar el rumbo de sus vidas. John se enfrenta al futuro de una esposa sin memoria. Ángela vuela desde Londres en busca de su hermana desaparecida. Samira necesita encontrar a la hija adolescente que abandonó su casa esa misma mañana. Sally había conseguido...

Después de pasar toda una vida arreglándoles las uñas a las «señoras bien» de La Algaida con su haute manicure, y dándoles bullanguera conversación, el manicura Cigala recibe el reconocimiento de sus paisanos: el pleno municipal acuerda ponerle su nombre a una calle. Entusiasmado, y alentado por sus reivindicativas ganas de hablar, Cigala pide que le pongan su nombre a la calle Silencio, como compensación por cuanto ha tenido siempre que callar. Y hasta la fecha fijada para el acontecimiento, se lo irá contando todo, día a día, a su senil hermana Antonia, con la que vive, y a sus...

Bellamy Carmichael era la princesa de Darlington a lo largo de nuestra vida estudiantil. Era perfecta, popular, demasiado hermosa para expresarlo con palabras —y desafortunadamente, ella lo sabía. Yo estaba enamorado de ella desde que llegué al Instituto Darlington; solo que nunca volteaba a mirarme, excepto para menospreciarme cruelmente de vez en cuando. Yo era un muchacho flacucho, torpe y, lo que era peor, mi familia se había vuelto rica hace no mucho tiempo. Pero ahora, una década después, las cosas habían cambiado. Soy yo a quien los Ancianos de la Sociedad Secreta están...