Betty Friedan, nacida el 4 de febrero de 1921 en Peoria, Illinois, fue una influyente escritora, activista y feminista estadounidense, reconocida como una de las figuras más destacadas del movimiento feminista de la segunda ola en los Estados Unidos. Su obra más famosa, The Feminine Mystique, publicada en 1963, es considerada un texto seminal que ayudó a concienciar a las mujeres sobre la opresión que enfrentaban en el ámbito doméstico y social.
Friedan creció en una familia judía y estudió en el Smith College, donde se graduó en 1942. Después de completar sus estudios, trabajó como periodista y editora, pero se sintió insatisfecha con el papel tradicional que se esperaba de las mujeres en la sociedad. En 1947, se casó con Carl Friedan y tuvo tres hijos, pero su experiencia como ama de casa la llevó a cuestionar su rol y el de muchas mujeres en la misma situación.
En The Feminine Mystique, Friedan exploró la idea de la “mística femenina”, un término que describía la visión glorificada de la vida de las mujeres como esposas y madres, a menudo ignorando sus aspiraciones y deseos individuales. A través de una combinación de investigación, estudio de encuestas y testimonios personales, Friedan reveló cómo esta idealización de la vida doméstica llevaba a la insatisfacción y la depresión en muchas mujeres. El libro se convirtió en un bestseller y es ampliamente atribuido a la revitalización del movimiento feminista en Estados Unidos.
Friedan no solo fue autora, sino que también desempeñó un papel crucial en la organización de mujeres. En 1966, cofundó la National Organization for Women (NOW), una de las organizaciones feministas más influyentes de la época, cuyo objetivo era promover la igualdad de género en todos los aspectos de la vida, desde el trabajo hasta la educación y la salud. Como su primera presidenta, Friedan abogó por los derechos de las mujeres y trabajó para enfrentar la discriminación y la violencia de género.
A lo largo de su carrera, Friedan continuó escribiendo y publicando obras que profundizaban en las complejidades del feminismo y la vida de las mujeres. En 1970, publicó The Second Stage, donde argumentaba que el feminismo no solo debía enfocarse en la igualdad de derechos, sino también en la creación de relaciones saludables entre hombres y mujeres. Friedan también participó en numerosas conferencias y encuentros feministas, donde su voz resonaba como un llamado a la acción para muchas mujeres que deseaban un cambio social.
En su vida personal, Friedan enfrentó desafíos. Su matrimonio con Carl Friedan terminó en divorcio en 1969, y ella se convirtió en madre soltera, lo que inspiró aún más su activismo. En sus últimos años, Friedan permaneció activa en el movimiento por los derechos de las mujeres y se convirtió en una voz prominente para la comunidad LGBT y otros movimientos sociales que luchan contra la desigualdad.
El legado de Betty Friedan es perdurable. Su trabajo ha inspirado a generaciones de mujeres a cuestionar las normas sociales y luchar por sus derechos. Aunque enfrentó críticas tanto desde la izquierda como desde la derecha, su influencia es innegable y su impacto se siente en muchas de las luchas por la igualdad de género que continúan en la actualidad.
Friedan recibió numerosos premios y honores a lo largo de su vida, destacando su compromiso con el activismo social y los derechos de las mujeres. Falleció el 4 de febrero de 2006, en el día de su 85 cumpleaños, en Washington D.C. Su legado sigue vivo en las luchas contemporáneas por la equidad y la justicia social, y su obra sigue siendo un pilar fundamental en los estudios de género.
Conclusión: Betty Friedan no solo desafió las expectativas de su tiempo, sino que también proporcionó un marco teórico para el feminismo moderno. Su valentía y determinación han dejado una huella indeleble en la historia de la lucha por los derechos de las mujeres.