Robert Ervin Howard, nacido el 22 de enero de 1906 en Peaster, Texas, fue un prolífico escritor estadounidense, conocido principalmente por ser el creador de personajes icónicos como Conan el Bárbaro. Su vida, marcada por la lucha contra la depresión y la tragedia personal, influyó profundamente en su obra literaria y en la evolución del género de la fantasía y la espada y brujería.
Howard creció en un entorno rural y, desde temprana edad, mostró un gran interés por la literatura. Su madre, Hester, era una ávida lectora y su padre, un médico que había servido en la Primera Guerra Mundial, le inculcó el amor por las historias de aventuras. A los 15 años, Howard ya había comenzado a escribir y sus primeros relatos fueron publicados en revistas locales. Sin embargo, fue en 1926 cuando se mudó a Cross Plains, Texas, donde encontró un refugio para su creatividad literaria.
En 1928, su vida dio un giro significativo cuando vendió su primer relato a la revista Weird Tales, una publicación especializada en literatura de terror y fantasía. Este fue el comienzo de una etapa fructífera en su vida, ya que Howard continuó escribiendo, creando una variedad de personajes memorables que abarcaban desde héroes que luchaban contra fuerzas sobrenaturales hasta aventureros en mundos exóticos. Su estilo se caracterizaba por la acción dinámica y un rico trasfondo histórico, lo que le permitió capturar la imaginación de sus lectores.
Uno de sus personajes más emblemáticos, Conan el Bárbaro, debutó en Weird Tales en 1932. Conan encarnaba la idea del héroe primitivo, un guerrero fuerte y valiente que enfrentaba monstruos, hechiceros y dioses en un mundo salvaje. Las historias de Conan ayudaron a definir el género de la espada y brujería, influyendo en innumerables autores y creadores de cómics, películas y videojuegos que vinieron después. Aunque hoy en día es famoso por sus hazañas, la creación de Conan fue solo una parte del vasto universo que Howard construyó a lo largo de su vida.
A lo largo de su carrera, Howard también creó otros personajes memorables, como Solomon Kane, un puritano cazador de demonios, y Kull de Valusia, un rey bárbaro que precedió a Conan. La diversidad de sus obras abarca géneros como el horror, el western y la historia, lo que demuestra su versatilidad y creatividad como escritor. Sin embargo, el reconocimiento que recibía por su trabajo a menudo no era suficiente para contrarrestar su creciente depresión.
La vida personal de Howard estuvo marcada por la tragedia. Su madre padecía de tuberculosis, y su salud se deterioró rápidamente en la década de 1930. El 11 de junio de 1936, tras la muerte de su madre, Howard se sumió en una profunda desesperación. Unos días después, el 11 de junio, tomó la trágica decisión de acabar con su vida, dejando un legado literario que, aunque amado por muchos, no fue suficiente para rescatarlo de su sufrimiento mental.
El legado de Robert E. Howard perdura hasta hoy. Su influencia se extiende más allá de la literatura, habiendo inspirado películas, series de televisión y cómics. Además, su estilo de escritura ha dado forma a la narrativa de fantasía moderna, particularmente en el subgénero de la espada y brujería. En 1966, se estableció el Premio Robert E. Howard, que se otorga anualmente a los mejores autores de fantasía y ciencia ficción, homenajeando su contribución al género.
A pesar de la brevedad de su vida y su escaso reconocimiento durante su tiempo, Howard es ahora considerado un titan de la literatura de fantasía, y su obra sigue siendo explorada y apreciada por lectores y escritores en todo el mundo. Su habilidad para crear mundos vibrantes y personajes inolvidables asegura que siempre será recordado como uno de los grandes maestros de la ficción fantástica.