Juan Rulfo fue un destacado escritor y fotógrafo mexicano, conocido principalmente por su obra literaria que ha dejado una profunda huella en la literatura latinoamericana. Nació el 16 de mayo de 1917 en Sayula, Jalisco, México. Rulfo creció en una época de turbulencias políticas y sociales, que, sin duda, influyeron en su escritura y en su visión del mundo.
Desde una edad temprana, Rulfo experimentó la muerte de su padre y el posterior fallecimiento de su madre, lo que lo llevó a vivir con sus abuelos. Esta experiencia de pérdida y desarraigo marcó su vida y lo acompañó a lo largo de su carrera literaria. Aún así, Su infancia se desarrolló en un entorno rural que sería fundamental en sus obras. El paisaje de la provincia mexicana, con su mezcla de personajes complejos y situaciones difíciles, se convirtió en uno de los elementos centrales en su narrativa.
Rulfo se trasladó a la Ciudad de México en 1934, donde comenzó a estudiar en la Escuela Panamericana de Arte y trabajó en diversos oficios. Durante estos años, la influencia de la Revolución Mexicana y la pobreza rural se reflejaron en su escritura. Sin embargo, Rulfo no publicó su primera obra literaria hasta la década de 1950.
Su primer trabajo, "El Llano en llamas", publicado en 1953, es una colección de relatos que retratan la vida dura y la desolación de los campesinos en México. Cada historia es un testimonio del sufrimiento humano, la soledad y la lucha por la supervivencia en un entorno hostil. A través de un estilo único, que mezcla el realismo con elementos poéticos, Rulfo creó un universo literario que resonó con resonancia en la identidad mexicana.
El verdadero reconocimiento de Rulfo llegó con su novela "Pedro Páramo", publicada en 1955. Esta obra es considerada uno de los grandes clásicos de la literatura hispanoamericana. La historia sigue a Juan Preciado en su búsqueda de su padre, Pedro Páramo, en el pueblo de Comala, un lugar marcado por la muerte y el recuerdo. La novela desafía la linealidad temporal y se adentra en un mundo donde los vivos y los muertos conviven, lo que muestra la habilidad de Rulfo para explorar temas de la memoria, el destino y la identidad. Su prosa es lírica y evocadora, creando un ambiente cargado de simbolismo y emoción.
A pesar de su éxito, Rulfo fue un escritor relativamente prolífico. Su obra se limitó a pocos libros, lo que podría explicar el aura de misterio que rodea su figura. En total, publicó solo dos libros importantes: "El Llano en llamas" y "Pedro Páramo". Aun así, su impacto en la literatura es innegable, influyendo en numerosos escritores, tanto en México como en el extranjero.
Aparte de su carrera literaria, Rulfo también fue un talentoso fotógrafo. Su interés por la fotografía se desarrolló durante su tiempo en la capital y reflejó su amor por la cultura y el paisaje mexicano. A lo largo de su vida, Rulfo trabajó en proyectos que documentaban la realidad del país y capturaban la esencia de la vida rural.
En su vida personal, Rulfo se casó con Clara Eugenia Romero en 1949, con quien tuvo tres hijos: Juan, Clara y Patricia. A pesar de su fama, Rulfo siempre mantuvo una vida privada discreta, evitando el circuito literario y las conferencias, prefiriendo dedicarse a su familia y su obra.
A lo largo de su carrera, Juan Rulfo recibió varios premios y reconocimientos, incluyendo el Premio Nacional de Literatura en 1970 y el Premio Miguel de Cervantes en 1976. Su legado perdura a través de sus obras, que siguen siendo estudiadas y admiradas en la actualidad.
Juan Rulfo falleció el 7 de enero de 1986 en Ciudad de México, dejando un legado literario que continúa resonando en las voces de nuevos escritores y lectores. Su capacidad para contar historias profundas y conmovedoras sobre el ser humano y su entorno lo consolidó como uno de los grandes maestros de la literatura latinoamericana.